jueves, 6 de agosto de 2015

Running up that hill



El verano terminó, se fue dejando flores rotas con perfume a olvido.
Se acabó, solo quedan sombras ciegas y esa falsa sensación de calidez, el recuerdo del amor tenue, el cuerpo tibio, besos. Una falacia. O una utopía.
El verano se acabó, entre versos perfectos, ilusiones pérfidas. Una guitarra suave suena de fondo, pincelando con notas de nostalgia los días, que se van tiñendo con un triste degradé de grises.
El verano ya no está. resplandece en mi memoria tan lejano como las últimas palabras de aquella charla simbólica.
Esta ausencia de calor (y de color) tiene sabor a café, a palabras tachadas, silencios ensordecedores.
Huele a vacío, a hojas secas, a hojas húmedas.
En medio de un trueno que hace tiritar las ventanas, me doy cuenta de que nunca tuvimos un verano. Lo dejamos desvanecer entre miedos, ausencias programadas. Excusas.
El verano, ese conjunto de abandonos y postergaciones, hoy tan lejano bajo las hojas secas de los árboles de mayo.
Somos un otoño, al final.
Un signo de pregunta, la nada. Un manojo de posibilidades que mueren siendo eso, solo posibilidades. Que no tomamos.
El verano se nos fue, y nos quedamos con un otoño de preguntas, de suposiciones irracionales.
El verano murió.
Solo quedamos vos y yo, extraños otra vez, separados por la distancia fría del olvido otoñal.

viernes, 10 de julio de 2015

Ausente



Te veo detrás de la niebla. Me sonreís, me acerco y te desvanecés entre los grises de nuestra historia.
Historia que no es, que no llega ni a relato.
Te veo, como un fantasma de humo que me llama, que me invita a vivir, a vivirnos. Pero cuando doy un paso, me despierto y ya no estás.
Me dejas sola. Siempre dudando hasta que vuelvo a intentarlo, para caer de nuevo en el vacío de tu abandono.
Y yo te veo, porque no puedo sacarme tu imagen, tu sonrisa tonta de esta cabeza cansada de pensarte.
Ausente.
Lo nuestro es una ausencia permanente, un ser y no estar. Un idilio simbólico plagado de idas con vueltas retrasadas.
Cada vez que intento tocarte, materializarte, te rompés como un cenicero de papel. Y yo ya siento que me duele el cuerpo de extrañarte, de tironearte para este lado; para mi lado.
Te veo, y te veo desdibujado; estás y no estás, fuera de foco, fuera de mi vida.
Cada vez más lejos.
Y ya no sé, si algún día podré realmente verte, con todos tus colores reales.
Porque hasta ahora, solo veo sombras. 

Mar Plaine.

La bohème


Caligrafía.
Dibujo tu nombre en el aire, como si reinventando cada letra con mi dedo pudiese acercarte un poquito a mí, a este cuarto lleno de poemas rotos y mates compartidos.
Toco la curva de una C, y vuelvo atrás, a cuando éramos tan solo dos almas penando al son de la música, entre versos y silencios reveladores. Era todo tan oscuro, y a la vez tan etéreo.
No podría reescribir esta historia, y lo sabes. Pero también sabes que tengo una manía por atrapar el humo con las manos, aunque siempre se me escape y quede vacía.
Tu nombre se va desvaneciendo en el aire, se atasca una R en la rendija de mis recuerdos.
Tenía que ser así, vos allá, yo acá. Mirarnos de lejos sin vernos, escribirnos cada uno por separado en su propia galaxia, oliendo a destierro.
Eras vos tan espejo y yo tan reflejo, me parece pertinente extrañarte pero a la vez sé que no puedo.
Dibujo tu nombre, tu nombre de hielo, tu nombre que vuela por la habitación, se desvanece y vuelve golpeándome en la frente con olor a "te extraño". Borro la patita de la R, me quedó fea, la redibujo.
Si pudiese, le haría otra patita a esta historia, otro rulo al final, una curva más larga al comienzo.

Mar Plaine.

Falling in love (will kill you).



Yo no te tengo
Y no digo "tener" en esa forma del verbo que lo hace retrógrado y posesivo.
Hablo de tenerte a mi lado un miércoles a la madrugada como hoy, disfrutando de esta tormenta.
No tengo ni la menor intención de hacerte de mi propiedad, mi objeto, mío. No.
Quiero tenerte, tener tu mano sobre mi mano; tu mano en la mía y de ahí caminar.
Yo no te tengo, ni te veo.
Y para qué quiero verte, si cada vez que tu aire roza mi aire, se me rompe un poquito más esta maquinaria idiota a la que suelen llamar corazón.
Vos no me tenes, vos no me ves.
Y es que estamos tan cerca, tan lejos. Sin hablar de números vacíos, huecos, de kilómetros. Vos estas lejos en alma, en sentimientos.
Y no quiero apoderarme de nada que sea tuyo.
Excepto tal vez, de algún suspiro desprevenido que salga flotando de tu ser.

Mar Plaine

Wonderwall


Buenos Aires, al fin. 2014.




Te sigo buscando.
En todas las cosas donde sé que tus ojos fuertes no me van a encontrar.
En la figura de alguien cualquiera, que pueda simular adorarme, solo por un instante.
Efímero como tu mirada, que alguna vez se amalgamó a la mia; y azul con amarillo formaron verde, y todo tuvo un fin, todo cobró sentido. Y las moribundas hojas otoñales no eran ocre, sino que se pintaban con el color de tus labios.
Te busco, aun, quiero no olvidar cada palabra al azar que empecé y vos terminaste.
Todas esas obscenas, hermosas trivialidades que solíamos compartir en una habitación tan vacía
Y tan llena de vos.

Mar Plaine